Itinerario para ver Cracovia en 2 días
Cracovia, situada en el sur de Polonia, se ha convertido en uno de los destinos en auge dentro de Europa por un motivo evidente: la ciudad, a pesar de no ser muy grande, cuenta con un gran número de atractivos para todos los públicos.
Un centro histórico catalogado como Patrimonio de la Humanidad, un barrio judío que almacena siglos de historia y un ambiente cada vez más animado son algunas de las muchas razones para visitar Cracovia. Dos días son el tiempo mínimo que se debe dedicar a la ciudad para poder conocer la mayoría de sus atractivos.
Día 1: conocer a fondo el Stare Miasto, el centro histórico medieval de Cracovia
La zona del centro histórico medieval de Cracovia es, sin duda, la más visitada por los turistas. En el interior de la antigua ciudad amurallada se encuentran buena parte de los monumentos, iglesias y edificios que no se pueden dejar de ver, además de un gran número de tiendas y restaurantes.
Sus calles empedradas y repletas de bellas casas pintadas con tonos pastel son perfectas para pasear por ellas y sorprenderse a cada paso.
Para realizar este recorrido la mejor opción es reservar un tour guiado, pero también puedes hacerlo por tu cuenta.
Entra en el centro histórico por la Puerta Florián y descubre la Barbacana y las murallas
Para entrar en el Stare Miasto hay que dirigirse frente a la plaza Matejko, donde se levanta una estatua ecuestre de Wladyslaw II, uno de los reyes de Polonia. El conjunto es conocido como el Monumento Grunwald.
La ciudad antigua estuvo durante siglos encerrada por unas murallas, de las que solo quedan algunos cientos de metros. La entrada a la localidad era la Puerta Florián, construida en el siglo XIII. En la actualidad, es la única de las puertas que quedan y se trata del lugar perfecto para comenzar la visita al centro histórico.
En la zona, antes de profundizar en el centro medieval, también puedes ver la torre de los Ebanistas, la torre de los Carpinteros y parte de la antigua muralla.
Recorre la calle Florianska
Para seguir el recorrido hay que adentrarse en la calle Florianska, que conduce desde la Barbacana (una fortificación de finales del siglo XV en la que hoy en día se celebran exposiciones) hasta el corazón de la ciudad medieval.
Esta calle no es solo la más conocida de Cracovia, sino que también tiene fama en toda Polonia y es que cada metro de la calle está lleno de encanto. Aunque ahora está llena de tiendas, cafeterías y restaurantes, estos se encuentran ubicados en antiguos edificios ante los que deleitarse:
- La Casa Matejko, la número 41 de la calle. Esta casa fue la residencia de un famoso pintor del mismo nombre y hoy existe un museo con sus obras y con algunos objetos militares y trajes históricos que él mismo coleccionó.
- La cafetería Jama Michalika, un lugar que fue punto de encuentro en el siglo XIX de los artistas y periodistas de la ciudad. Su interior está decorado en estilo Art Nouveau y vale la pena asomarse a verlo.
- The Pod Hotel Roza, con un portal renacentista del siglo XVI, y otras casas históricas que jalonan la calle son otros puntos en los que fijarse mientras paseas.
La Plaza del Mercado, el corazón de la ciudad antigua
Al final de la calle Florianska se encuentra la plaza del Mercado de Cracovia, sin duda el espacio más conocido de toda Cracovia. Los edificios de la plaza, tanto los que se pueden visitar como los que no, merecen que permanezcas allí durante un buen rato.
Esta plaza, que en Navidad en Cracovia acoge un fabuloso mercadillo navideño y en Pascua puestos que venden artesanía de varios países vecinos, cuenta con algunos atractivos en los que merece la pena ver más en profundidad:
- Basílica de Santa María: es una de las iglesias más importantes de Cracovia. Puedes subir a sus torres para contemplar las vistas.
- Lonja de Paños: este antiguo mercado alberga dos museos diferentes y puestos de souvenirs.
- Torre del antiguo Ayuntamiento: construida en el siglo XVI, se puede subir al mirador que alberga, aunque debes prepararte para unas estrechas escaleras de más de 100 escalones.
Joaquín’s Traveller Tip:
Cada hora se abre una pequeña puerta en una de las torres de la basílica de Santa María y de ella sale un trompetista que toca una breve melodía. Si estás en la zona, es un momento divertido para pasar en la plaza.
Comer algo en la zona
Este puede ser un buen momento para recargar fuerzas. Para que no tengas que desviarte demasiado del recorrido, te propongo que comas en alguno de estos restaurantes situados cerca de la plaza:
- Milkbar Tomasza: este local es una especie de versión más moderna de los tradicionales bares de leche polacos. Los precios son muy reducidos y el servicio es muy rápido. Otra ventaja es que tiene carta en inglés. Se encuentra en la calle Świętego Tomasza.
- Chlopskie Jadlo: aunque el precio es alto para los estándares polacos (sobre 15€ por personas) este restaurante de comida tradicional vale la pena, sobre todo por estar situado en pleno centro de la ciudad. Puede pedir desde los típicos pierogis hasta una sopa zurek. Está en el número 9 de la calle Grodzka.
Joaquín’s Traveller Tip:
el horario de comidas en Polonia es anterior al español. Normalmente, se suele almorzar sobre la 13:00, aunque en la mayoría de los sitios no tendrás problemas si llegas hasta una hora más tarde.
Sigue los pasos de Copérnico en el Collegium Maius
Dentro aún del casco histórico se encuentra el Collegium Maius. El edificio, varias veces reformado, fue construido en el siglo XV y por sus aulas han pasado personajes tan importantes como Nicolás Copérnico.
La visita a su interior, que solo puede hacerse guiada, es realmente interesante. En sus salas vas a poder ver un gran número de objetos relacionados con casi todas las áreas del saber: física, química, meteorología, cartografía y, por supuesto, astronomía.
El patio del edificio, con su fuente, es otra zona de visita obligada. En uno de los laterales se encuentra un antiguo reloj que, cada dos horas, se abre y deja ver varias figuritas de madera desfilando mientras suena la música.
Olvidate del tiempo en el Castillo de Wawel
El siguiente punto del recorrido se encuentra en la cima de una pequeña colina. Se trata del Castillo de Wawel, una fortificación con más de 1000 años de antigüedad que alberga la antigua sede de la realeza polaca hasta el siglo XVII.
Mi recomendación es que reserves una visita guiada al castillo de Wawel para conocer a fondo las estancias que allí se pueden visitar:
- Wawel Perdido: una exposición sobre la historia de la colina situada en el sótano del palacio.
- Salas de Estado: son varias estancias con muebles, pinturas, tapices y otros objetos originales del palacio.
- Apartamentos Reales: las estancias donde residía la familia real.
- Tesoro y Armería: como indica su nombre, aquí podrás ver joyas, armas y armaduras.
Además de estas visitas interiores, el castillo también posee un jardín exterior que vale la pena recorrer con calma.
No te pierdas la Catedral de Wawel
Todavía dentro del complejo del castillo se encuentra la impresionante catedral dedicada a San Estanislao, donde podrás entrar de forma gratuita. Sin embargo, si quieres conocerla a fondo y aprender sobre su historia, puedes hacerlo escogiendo la opción al contratar una visita guiada al castillo de Wawel que incluye la entrada a la Catedral.
En su interior podrás ver la Capilla de Segismundo, que sí cuenta con entrada de pago, construida en un hermoso estilo renacentista y con una preciosa cúpula. También es imprescindible echar un vistazo al Mausoleo de San Estanislao y a la cripta en la que se encuentran enterrados varios reyes del país.
Si lo deseas, también es interesante subir a la Torre de Segismundo y ver la impresionante campana del siglo XVI que estaba instalada en las torres defensivas del complejo.
Recorre la calle Grodzka hasta llegar de nuevo a la plaza del Mercado
Bajando de la colina hay que buscar el inicio de la calle Grodzka, una de las más concurridas del centro. Además de tiendas y bellos edificios, esta calle alberga la iglesia de San Pedro y San Pablo, una de las más bellas de todo el país, especialmente por su decoración exterior. Mi consejo es que recorras con tranquilidad esta calle y que, en ocasiones, te desvíes a su paralela, la calle Kanonicza para disfrutar de algunas casas renacentistas y de otras iglesias.
Al final del recorrido del día se regresa a la plaza del Mercado. Quédate en ella para ver la iluminación nocturna y busca algún sitio para cenar.
Si aún te queda ritmo en el cuerpo y quieres disfrutar del mejor ambiente de la ciudad, no dejes de realizar el tour de pubs por Cracovia. ¡5 horas de fiesta non stop!
Día 2: el legado judío de Cracovia, de las sinagogas al gueto
Muchos turistas eligen la mañana de su segundo día de estancia para hacer una excursión a Auschwitz o para conocer las minas de sal de Wieliczka. Sin embargo, aún quedan muchas cosas que ver en Cracovia, sobre todo si quieres conocer la ciudad en profundidad, por lo que la decisión está en tu mano.
En el caso de que decidas terminar de ver la ciudad, para este segundo día he reservado el barrio judío y los restos del tristemente conocido gueto de la ciudad.
Adéntrate en Kazimierz, el pujante barrio judío
Después de desayunar con tranquilidad, el recorrido va a empezar en este bonito barrio situado al sur del castillo de Wawel. A la zona se puede llegar andando sin problemas desde el centro, pero si tu hotel está muy lejos o, simplemente, no te apetece caminar, siempre puedes coger un tranvía que te deje en la entrada de Kazimierz, el barrio judío de Cracovia.
Kazimierz nació como una ciudad independiente fundada en el siglo XIV, pero ya en el siglo XIX se incorporó a Cracovia. Desde su fundación y hasta la Segunda Guerra Mundial fue el lugar de residencia de la comunidad judía. En la actualidad, el barrio alberga el segundo conjunto de monumentos hebreos más grande del continente, solo por detrás de Praga.
Para conocer bien la zona puedes contratar un tour por el barrio judío o bien callejear descubriendo sus bonitos rincones. Si vas el domingo, no debes perderte el mercadillo de antigüedades que se instala en la plaza Nowy
Entra en la Sinagoga Vieja para conocer la cultura hebrea en Cracovia
En tu recorrido por el barrio judío no puede faltar la visita a la Sinagoga Vieja, situada en la calle Szeroka, el templo hebreo más antiguo del país.
Además de contemplar su exterior, también vale mucho la pena entrar para poder ver el Museo de la Cultura Judía. Una vez pagada la entrada vas a poder ser testigo de la historia de la comunidad judía en Cracovia gracias a los objetos expuestos. Conocerás, así, su cultura, su forma de vestir, sus celebraciones y, quizás lo más impactante, la persecución a la que fueron sometidos por los nazis.
Aparte de los objetos y fotografías del museo, lo más destacado del interior del templo es la sala de oraciones, con un altar en el que se leía la Torá y un nicho en el que se guardaban los textos sagrados.
Descubre el cementerio de la sinagoga Remuh
Otra sinagoga de Kazimierz en la que debes entrar es la de Remuh (también de pago), construida en el siglo XVI. A pesar de ser la más pequeña del barrio, es la única que aún sigue conservando su función religiosa.
Detrás del edificio principal está ubicado un cementerio muy interesante. Desafortunadamente, algunas de las tumbas más antiguas fueron destruidas por los alemanes y sus restos utilizados como adoquines para las calles.
Pasea por el barrio y contempla la Sinagoga de Isaac y la de Tempel
Mientras paseas por las calles del barrio no puedes dejar de buscar otras dos sinagogas. Aunque puedes entrar en ambas, en realidad puede ser suficiente con verlas por fuera.
La primera es la sinagoga de Isaac, en el número 18 de la calle Kupa. El edificio, de una arquitectura bastante sencilla, fue construido en el siglo XVII por encargo de un banquero y comerciante judío.
La otra sinagoga a la que debes acercarte es la de Tempel, la última levantada en Kazimierz a finales del siglo XIX. Lo más destacado del templo son sus cristaleras de colores.
Come en barrio judío
No cabe duda de que mientras paseabas por el barrio te habrás dado cuenta de la gran cantidad de restaurantes que hay en sus calles. Los que se encuentran junto a la Sinagoga Vieja son algo más caros, pero cuentan con una buena oferta de platos kosher, que conocerás si contratas un tour gastronómico por Cracovia.
Si prefieres algo menos turístico, en el barrio no te van a faltar opciones, como el sencillo Polakowski Restauracja (en la calle Miodowa) o el Kuchnia Domowa Sąsiedzi (en la misma calle).
Una visita de película: la fábrica de Oscar Schindler
Para llegar al siguiente punto del itinerario hay que dejar el barrio judío y atravesar el río Vístula por el puente Powstańców Śląskich. Después, hay que buscar la calle Lipowa, donde se encuentra la conocida como Fábrica de Schindler.
Schindler fue un empresario alemán que consiguió salvar la vida de más de 1000 judíos utilizando para ello su fábrica de material de cocina. En la actualidad, la fábrica es la sede de la exposición permanente “Cracovia bajo la ocupación nazi”.
Realizando el tour por la fábrica de Schindler podrás conocer la historia de la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial, además de algunos objetos usados en el rodaje de la película que le dio fama mundial.
Los restos del horror en Podgórze, el gueto judío
Alrededor del Fábrica de Schindler se encuentra lo que queda de uno de los lugares más horribles que existieron en Cracovia durante la Segunda Guerra Mundial: el gueto judío. Los nazis mandaron allí a más de 15000 personas para, según sus palabras, “limpiar la ciudad de judíos”. Para aislarlos, levantaron un muro que rodeaba las 30 calles en las que los deportados vivían hacinados.
Podgórze, nombre del barrio que albergó el gueto, tiene su centro en la plaza Bohaterów. Allí se ha levantado un monumento formado por 60 sillas para recordar a los judíos trasladados a la zona.
En la calle Lwowska y en la calle Limanowskiego puedes ver los escasos restos del muro que rodeaba el gueto judío.
Entra en el negocio de un héroe: la Farmacia del Águila
En una esquina de la plaza Bohaterów se encuentra la Farmacia del Águila (Apteka pod Orlem), conocida por la resistencia de su dueño a marcharse cuando se construyó el gueto.
Al contrario que otros comerciantes de la zona, el farmacéutico prefirió permanecer allí y se estima que ayudó a salvar a varios de los judíos que allí trasladaron. En su interior se puede ver hoy una exposición sobre las atrocidades cometidas por los nazis.
No dejes pasar la fachada de la iglesia católica de San José
Siguiendo por la misma orilla del río te recomiendo que pasees por las calles que llevan desde el antiguo gueto hasta encontrar la iglesia católica de San José. Aunque su interior es bastante simple, no debes dejar la ocasión de admirar su espléndida fachada.
Desde aquí tienes que seguir caminando ya en dirección al río hasta volver a cruzarlo, esta vez por el puente del Mariscal Józef Piłsudski.
Otra opción más que recomendable es subirte al autobús turístico de Cracovia para terminar la jornada turística repasando los rincones más interesantes de la ciudad y, tal vez, descubriendo otros nuevos que te dejarán con ganas de volver.
Cena en Plac Nowy
Para finalizar el itinerario has de adentrarte de nuevo en Kazimierz hasta llegar a la plaza Nueva, la Plac Nowy en polaco. Allí verás un edificio circular en el centro que fue construido para albergar un matadero. Hoy en día está repleto de pequeños quioscos en los que venden comida, sobre todo zapiekanka, una especie de baguette con champiñones y otros ingredientes.
Alrededor de la plaza también se instalan otros puestos que ofrecen desde carnes a la brasa hasta salchichas caseras. Para cenar, no hay mejor lugar que este, ya sea en algunas de las pocas sillas que ponen en la zona o en alguno de los bancos de la plaza.