Qué ver y hacer en Tokio en 7 días
Un viaje a Japón es una experiencia inolvidable. No hace falta ser un fan empedernido de la cultura nipona para apreciar todos sus encantos
Con una población que roza los 14 millones de habitantes y un área metropolitana que supera los 13000 kilómetros cuadrados, Tokio requiere una buena planificación previa para conocerla a fondo.
Si tu viaje a Japón dura un total de 7 días, te recomiendo que te centres en la metrópoli y sus alrededores. Hay suficientes atracciones para ver en Tokio y solo necesitas tener bien claro lo que hay que ver y cómo desplazarte.
Día 1: Shinjuku, conoce el centro de la ciudad
Shinjuku es un distrito de negocios que se desarrolla alrededor de la estación de tren más concurrida de Tokio. En mi opinión, es una primera etapa ideal para entender Japón y sumergirse en la zona más concurrida de la ciudad.
El primer día suele ser un poco complicado: el viaje es muy largo y se necesita hacer una parada en el hotel para dejar las maletas. Por esto he pensado en un itinerario sencillo que no requiere demasiados esfuerzos.
Visita el Museo de los Samurai
La primera etapa es una institución cultural que te hará volver al pasado glorioso de Japón. El museo alberga las mejores armaduras y katanas de los períodos Muromachi, Edo y Kamakura. En realidad, los guerreros nipones por excelencia disponían de tres tipos de espadas: Ootachi (larga), Katana (intermedia) y Tachi (corta).
Aprenderás más anécdotas en el museo, que se encuentra a poca distancia de la estación. Si quieres profundizar tus conocimientos, ten en cuenta que se realizan recorridos para grupos gratuitos cada 10 o 20 minutos. Para más información puedes consultar la web oficial.
Si te interesa esta temática, también te recomiendo leer el post sobre las experiencias ninja/samurai en Tokio.
Pasea por Shinjuku Gyoen
Tras la visita, puedes tomar un poco de aire fresco en Shinjuku Gyoen, uno de los parques más grandes y populares de Tokio.
Nació durante el período Edo (entre el siglo XVII y XIX) como residencia de los señores feudales y en 1903 pasó a manos de la familia imperial que lo utilizó para albergar a sus invitados.
No llegues muy tarde. Muchas atracciones de la capital - y de Japón en general - cierran bastante pronto. Shinjuku Gyoen no es una excepción ya que sus puertas solo permanecen abiertas entre las 9:00 y las 16:30 horas.
Tokyo Skytree
También puedes comprar entradas para subir a al Skytree, una de las torres de comunicación más altas de Japón, que tiene 634 metros de altura y que en su interior aloja, entre otros, un restaurante, dos miradores y las vistas más impactantes del skyline nipón. Puedes elegir entre dos alturas, Tembo Deck (350m) y Tembo Galleria (450m), y si reservas tus tickets con antelación te ahorrarás tiempo y colas.
Termina el día probando un buen ramen
Antes de ir a la cama - y te aseguro que estarás cansado - puedes tomar una taza de ramen. Tanto en verano como en invierno, es una buena opción para acabar el día.
En Shinjuku, el restaurante de referencia es Ichiran. Es una cadena pero la calidad es muy buena. Tenlo en mente si lo encuentras en otras partes de la ciudad.
Si prefieres otro lugar no vas a tener problemas. No en vano, Shinjuku forma parte de muchos tours gastronómicos por Tokio y pasear por su famoso Callejón de los Borrachos es una experiencia única.
Día 2: Asakusa y Ueno, un día en sus templos y museos más importantes
El segundo día suele empezar bastante pronto: el jet-lag no perdona. Aprovecha tu despertar temprano para ver una atracción muy concurrida…
Quédate maravillado en Sensō-ji
Es el templo budista más antiguo de Tokio y una etapa obligada de cualquier viaje al país del Sol Naciente, por lo que lo más recomendable es que contrates un tour para conocer esta zona . Su construcción se remonta al siglo VII y está ligada a una leyenda.
Según el folklore local, dos hermanos pescadores encontraron una estatua de la diosa Kannon. A pesar de sus intentos de devolverla al río, la estatua parecía seguirlos en cualquier lado.
Sólo entonces entendieron el mensaje divino y por esto decidieron erigir el templo. Sensojiestá rodeado de impresionantes puertas, una pagoda de cinco pisos y puestos que venden souvenir y objetos tradicionales.
No te pierdas la colección del Museo Nacional de Tokio
Es el más antiguo de los museos japoneses y alberga una vasta colección de objetos de arte y hallazgos arqueológicos. Se encuentra a apenas 25 minutos del templo, por lo que te recomiendo que des un paseo tranquilo entre ambos puntos.
Entre las obras más importantes, podemos mencionar las siguientes:
- Honkan, la galería japonesa. Sus hitos son los cuadros zen y la ropa de samurai
- Toyokan, la galería dedicada a las civilizaciones asiáticas. Reúne piezas provenientes de China, India, Camboya, Corea y Egipto
- Horyuji, la galería de los tesoros. Alberga los regalos de la familia imperial japonesa y los gigaku, coloridas máscaras demoníacas del folclore local
Ten cuidado: abre todos los días a excepción del lunes. Te recomiendo reservar las entradas para el Museo Nacional de Tokio con antelación.
Toma un descanso en el Parque Ueno
Justo al lado del museo se encuentra el parque Ueno, una etapa obligada si viajas a Tokio en primavera. Es uno de los mejores lugares para ver los cerezos en flor, un fenómeno que en Japón se denomina Sakura y simboliza la vida humana, la fugacidad del tiempo y la nobleza.
Después del ocaso, el parque es aún más mágico: un sinfín de linternas y las luces de los puestos de comida iluminan los árboles.
Esta área verde alberga un gran número de atracciones: el estanque Shinobazu con sus embarcaciones de alquiler, la estatua del último Samurai (Saigō Takamori), el zoo, miradores y más.
Concluye el día en Yamabe Okachimachi
Tras un día tan atareado, estoy seguro de que querrás recompensarte con una buena cena. A poca distancia del parque de Ueno se encuentra un restaurante bueno, bonito y barato: Yamabe Okachimachi.
La especialidad de la casa es el Tonkatsu, una chuleta de cerdo empanada y frita (6 Chome-2-6 Ueno, Taito City). Y una buena opción de conocer al detalle todo este recorrido es haciéndolo en bicicleta, y para ello, tienes un tour muy completo que puedes reservar.
Día 3: Harajuku, Omotesando y Shibuya, un día fuera del centro de la ciudad
El distrito de Harajuku se encuentra entre Shinjuku y Shibuya y es fácilmente accesible en metro. Las líneas Chiyoda y Fukutoshin pasan por aquí.
Piérdete en el santuario Meiji Jingu
Este espléndido lugar de Tokio está dedicado al emperador Meiji, el primero del Japón moderno, y a la emperatriz Shoken. Fue terminado en 1920, pero no sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Como otros edificios del Sol Naciente, fue completamente reconstruido al acabar el conflicto.
Al entrar, los ruidos de la metrópoli se quedan en la puerta. Está rodeado por un bosque que ocupa una superficie de 70 hectáreas y alberga más de 200 variedades diferentes de árboles. Abre todos los días del año del amanecer al ocaso y la entrada es gratuita.
Lleva tus peques a KiddyLand
En el caso de que viajes a Tokio con niños, te recomiendo hacer una parada en esta tienda, a solo 5 minutos del punto anterior de tu recorrido. En realidad, más que una tienda es una auténtica institución de la ciudad.
En sus cuatro plantas puedes encontrar todos los principales personajes del Sol Naciente (Hello Kitty, Rilakkuma, Studio Ghibli, etc.), así como de las franquicias internacionales (Marvel, Disney, etc.). Para hacerte una idea, puedes echar un vistazo a la web oficial.
Piérdete en Shibuya
Shibuya es conocido tanto por las compras como por su animada vida nocturna. En realidad, hay dos cosas emblemáticas en el barrio: el cruce peatonal más concurrido del mundo (justo enfrente de la estación) y la estatua del perro Hachiko.
Si no conoces su historia, puedes leer la sinópsis de la película que trata su historia.
Día 4: Toyosu, Odaiba y Ginza, un día de compras
El cuarto día se abre con un clásico de la capital nipona: el mercado del pescado de Toyosu.
Si no te suena el nombre es porque se encontraba originalmente en Tsukiji. Sin embargo, éste fue clausurado en 2016 y el nuevo se encuentra aquí.
Empieza el día en el mercado de pescado
La estructura se construyó en menos de dos años y se levanta en una isla artificial en la bahía de Tokio. El nuevo mercado es menos caótico y no se puede ver de cerca la famosa subasta del atún. Sin embargo, merece la pena ver cómo se compra el pescado que más tarde acabará en los mejores restaurantes de sushi de la ciudad.
El acceso es gratuito pero debes recoger un pase especial en la entrada principal. Puede que sea algo complicado - en Japón poca gente habla inglés y el español es aún menos conocido - y por lo tanto, te aconsejo que te informes con un poco de antelación.
Mira de cerca la estatua de Gundam
Saliendo del mercado y caminando por unos pocos minutos llegarás a la segunda atracción. La estatua de Gundam en el barrio de Odaiba es un modelo a escala 1:1 del robot de la serie animada.
Al mirarla de cerca notarás la semejanza con el modelo original y si te quedas unos minutos podrás ver unos juegos de luces, los movimientos de la cabeza y el vapor que sale de su tórax.
Explora Ginza
Tras un paseo por Odaiba, puedes coger el metro (línea Yurikamome hasta Shimbashi + línea Asakusa hasta Higashi-ginza) y en pocos minutos habrás llegado en el distrito más exclusivo de la ciudad.
Esta zona concentra los mejores brands nacionales e internacionales. Puedes aprovechar la estancia para entrar en estas tiendas:
- Wako (multimarca)
- Uniqlo (ropa)
- Onitsuka Tiger (sneakers)
- Mitsukoshi (multimarca)
- Hakuhinkan (juegos)
- Senjafuda (correas para telefono)
- Six (multimarca)
Día 5: Kawaguchi, una excursión lejos del bullicio de la ciudad
Tokio es maravillosa y te sorprende cada día. Sin embargo, también es una metrópoli enorme, con grandes edificios, una selva de carteles publicitarios y un sinfín de personas en las calles.
Para descansar del bullicio, te propongo una excursión a Kawaguchi, uno de los cinco lagos del Monte Fuji.
Admira la silueta del Monte Fuji
Hacer una excursión en tren bala o contratar un tour hasta el monte Fuji desde Tokio son dos de las mejores maneras de escapar por unas horas del ajetreo de la ciudad.
El monte Fuji, en concreto, es uno de los símbolos del país y un lugar con un fuerte vínculo espiritual con los japoneses. Es también el pico más alto de Japón y el destino de numerosas excursiones.
Si viajas a Tokio en invierno no vas a poder subir - se cierra el acceso - pero nada te impide admirar su figura.
Desde la estación de Kawaguchiko, puedes tomar un autobús hasta la estación Kawaguchiko 5th. Desde aquí se disfruta de una maravillosa vista sobre los lagos y la montaña.
Prueba los noodles Hoto
En esta zona del Sol Naciente, el plato estrella son los Hoto Noodles, fideos hechos a mano cocinados en sopa de miso con calabaza y otros ingredientes. Se cree que Takeda Shingen, el señor de la guerra local, solía comer esta receta antes de entrar en batalla.
En Kawaguchi lo encontrarás en muchos sitios pero hay un restaurante que prepara los mejores: Houtou Fudou. Es típicamente japonés y si te sientas adentro puedes disfrutar del almuerzo sentado en una alfombra tatami (3631-2 Funatsu, Fujikawaguchiko, Minamitsuru District, Yamanashi).
Surca el lago
Ya que estás en las orillas, ¿por qué no te haces un regalo y reservas un mini crucero?. Irás al Monte Fuji en un autobús de lujo, navegarás en un barco en el lago Ashi, y subirás en un teleférico para ver Hakone y volver a Tokio en tren bala. ¿Qué te parece el plan?
En ambos casos, el trayecto dura más o menos media hora y el coste ronda los 100 €.
Día 6: Nikko, conoce el Japón más rural
Con sus colinas llenas de bosques y sus espléndidos templos, Nikko es un destino ideal para explorar el Japón más rural. Si contratas una excursión a Nikko descubrirás algunos de los más bellos templos y santuarios de Japón, yendo en un cómodo autobús como transporte y con un guía profesional.
Entra en el santuario Toshogu
Nikko se encuentra a la entrada del parque nacional homónimo y es conocida sobre todo por el santuario Toshogu. El complejo está ricamente decorado y se ubica en el medio de un bosque.
Contiene elementos sintoístas y budistas y uno de sus hitos es la pagoda de cinco pisos que se encuentra a dos pasos de la entrada. El billete combinado entrada + museo tiene un coste aproximado de 2100 yenes (15 €).
Sumérgete en la naturaleza
El abismo de Kanmangafuchi es un desfiladero de unos cientos de metros de ancho. Se formó tras la erupción de un volcán y su peculiaridad radica en las 70 estatuas de piedra (Bodhisattva) que miran hacia el río.
Te recomiendo llegar hasta aquí para dar un bonito paseo. Se puede llegar al abismo de Kanmangafuchi en unos 30 minutos a pie desde el santuario.
Busca los primates del Santuario Tōshō-gu
¿Conoces los famosos monos "No veo, no escucho y no hablo"?. No son sólo emoticonos sino un verdadero símbolo de la cultura budista. Se llaman Mizaru, Kikazaru e Iwazaru y se refieren al mal. Me explico mejor: “no ver el mal”, “no oír el mal” y “no hablar mal”.
Con toda probabilidad provienen de los escritos de Confucio y llegaron a Japón procedentes de China alrededor del siglo VIII.
En el período Edo (entre los siglos XVII y XIX), la refiguración de estos primates aumentó notablemente. Efectivamente, el templo de Tōshō-gu fue construido en esta época y hospeda unas esculturas perfectamente conservadas.
Día 7: Naka Meguro
Antes de volver a la vida de todos los días, te recomiendo explorar un barrio apacible, algo alejado de las rutas tradicionales. Llegar es muy sencilla, la estación de Nakameguro se encuentra en la líneas de metro Tokyu-Toyoko e Hibiya.
Desayuna con estilo
El distrito se desarrolla alrededor de un pequeño río y alberga diferentes bares donde empezar el día con energía.
Personalmente, te recomiendo probar I’m Donut?. Todas sus rosquillas están hechas con una mezcla original de harina japonesa y manteca sin grasas trans. Puedes escoger entre glaseados distintos (pistacho, frambuesa, limón) a un precio individual de unos 200 yenes (más o menos 1,5 €).
Viaja en el tiempo en la Casa Antigua de Asakura
Como puedes imaginar, se trata de una casa de madera de dos pisos con un siglo de antigüedad. Su construcción se debe a Torajiro, un hombre que vino a Tokio para buscar fortuna y que se convirtió rápidamente en un exitoso comerciante de madera.
La casa ha sobrevivido a varios seísmos y también a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Puedes visitarla desembolsando unos 100 yenes.
Despídete de Japón en el Museo de la cerveza Yebisu
En el país del Sol Naciente, la cerveza apareció por primera vez a finales del siglo XIX. Los holandeses fueron los primeros en producirla en Nagasaki para su uso personal mientras que la primera fábrica se fundó en 1869 en Yokohama. Yebisu hizo su debut unos años después (en 1889) y se distinguió desde el principio por la calidad.
Cuando la empresa daba los primeros pasos, la fábrica se encontraba en pleno campo, mientras que en la actualidad se halla en una zona fuertemente urbanizada. Llegar desde la casa antigua de Asakusa es muy sencillo: te bastará caminar unos 20 minutos.
El Museo de la cerveza Yebisu recorre la historia del brand y enseña el método de producción del preciado líquido color ámbar. También verás carteles publicitarios antiguos y anuncios de televisión.
Claramente no puede faltar la sala de degustación donde podrás catar unas pintas. El museo abre toda la semana a excepción del lunes y la entrada es gratuita. Solo tendrás que abrir la cartera para probar las cervezas o en el caso de que quieras comprar un recuerdo en la tienda. Para más información te recomiendo echar un vistazo a la web oficial.
¿Vale la pena quedarse una semana en Tokio?
En mi opinión sí. Para explorar Japón, 7 días no son suficientes. En el caso de que dispongas de una única semana de vacaciones, quedarse en la capital y aprovechar sus buenas conexiones es una idea espléndida.
Puedes visitar fácilmente , Yokohama, el valle de Todoroki, la isla de Enoshima, la ciudad costera de Kamakura o reservar una excursión al Monte Fuji y al Lago Ashi desde Tokyo.
Presupuesto para viajar a Tokio
La capital nipona es bastante cara pero no tanto como se suele creer. Cierto, hay cosas que en Japón cuestan más que en España - por ejemplo, la fruta, algunos productos importados o los tours en tren bala (Shinkansen) - pero, en general, puedes encontrar todas las gamas de precio.
A la hora de comer tienes opciones muy asequibles: un bentō (comida variada en caja) tiene un coste aproximado de 400/600 yen (entre 3 € y 5 €), un plato de gyudon con sopa de miso cuesta alrededor de 400 yenes mientras que por un cuenco de ramen deberás gastar entre 500 y 800 yenes.
Además, en los 7/11 encontrarás varios snacks locales a precios asequibles (y todas las horas del día).
En cuanto al alojamiento, una noche en un buen hostel ronda los 20 € por noche. Si quieres experimentar una tradición local, el karaoke, el alquiler de una sala para dos horas con un drink incluido tiene un coste aproximado de 3000 yenes (más o menos 25 €).
En general, para una cerveza y una bebida tendrás que desembolsar respectivamente 600 y 800 yenes.