Praga en 1 día: guía para aprovechar al máximo tu visita
Si solo tienes un día para visitar Praga puede que te parezca un tiempo escaso para disfrutar de ella. Aunque deberás borrar algunos lugares de tu lista, con este itinerario podrás disfrutar de sus principales atractivos.
No se puede negar que tener solo 24 horas para todo lo que Praga ofrece para ver y hacer es poco tiempo. La ciudad es una de las más interesantes de toda Europa y siempre es mejor dedicarle algunos días más para poder verla y conocerla mejor.
Sin embargo, no debes desanimarte por solo tener un día. Con un poco de organización, despertarse muy temprano y dándote algo de prisa es posible conocer, al menos, los principales lugares que la capital checa ofrece a sus visitantes. En este itinerario se incluyen tres lugares imprescindibles: el castillo, el barrio judío y el puente de Carlos y sus alrededores.
Visita el castillo de Praga para empezar tu día en la ciudad
Dado el escaso tiempo del que vas a disponer te aconsejo estudiar previamente cómo llegar al castillo de Praga. Una vez lo sepas, ten en cuenta que tendrás que llegar muy temprano, tanto para aprovechar bien el día como para evitar las horas con más aglomeraciones. Para ello, debes consultar previamente los horarios del Castillo de Praga.
El castillo de Praga es casi una pequeña ciudad amurallada en sí misma. En su interior vas a poder ver calles, un fantástico jardín y edificios que no puedes perderte. Entre estos últimos se encuentran la catedral de San Vito, en la que debes prestar atención a su famosa capilla de San Wenceslao y a las Joyas de la Corona.
Dependiendo de cómo vayas de tiempo y del tipo de entrada para el Castillo de Praga que hayas comprado, también vale la pena subir a la torre de la catedral para disfrutar de las vistas. Desde arriba podrás ver el puente de Carlos y toda la ciudad antigua.
Otro edificio imprescindible en el Palacio Real, donde vivieron los reyes de Bohemia y algunos emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. Además, el recinto del castillo también alberga otros monumentos como la Torre Blanca, la Torre Daliborka y el Convento de San Jorge.
¿Visita guiada al castillo o por tu cuenta?
Para ver este monumento de manera más eficiente y con información sobre cada uno de sus rincones puede ser buena idea contratar una visita guiada al Castillo de Praga.
Obviamente, la visita también puede hacerse adquiriendo las entradas por libre (consulta aquí los precios para el Castillo de Praga), pero entonces deberás medir muy bien el tiempo que dedicas a cada espacio y haber consultado antes la historia del castillo para conocer mejor lo que estás viendo.
Descubre el Callejón del Oro, uno de los espacios con más encanto de Praga
Aún dentro del complejo del castillo vas a encontrar una pequeña calle que es definitivamente una de las más encantadoras de toda la ciudad: el callejón del Oro.
La calle cuenta con varias casas del siglo XVI pintadas de diferentes colores y que, hoy en día, están ocupadas de tiendas en las que puedes encontrar diversos tipos de artículos y de recuerdos.
Aunque hay diferentes leyendas sobre el origen de esta callejón, como la que afirma que fue ocupada por alquimistas que intentaban convertir los metales en oro, lo cierto es que las casas fueron construidas para dar alojamiento a los 24 guardianes del castillo.
Más adelante, las viviendas fueron ocupadas por varios orfebres, motivo por el que recibió el nombre de callejón del Oro. Como curiosidad, el famoso escritor Franz Kafka vivió durante un año en el número 22.
Recorre Malá Strana descubriendo todos sus rincones
Tras salir del complejo del castillo se continúa el itinerario por uno de los barrios más interesantes de la ciudad: Malá Strana o la Ciudad Pequeña. Este distrito es uno de los que más historia tiene de toda Praga y pasear por sus calles supone ir descubriendo lugares maravillosos casi a cada paso.
La calle más importante del barrio es Nerudova, llamada así por haber sido la residencia del escritor Jan Neruda. Bajando la pronunciada pendiente desde el castillo en dirección a la Columna de la Peste vas a poder vislumbrar varios edificios históricos y palacios antiguo, como la embajada de Italia o palacio Morzin.
Uno de los puntos más bellos de este barrio es la plaza de Malá Strana, donde se encuentra la iglesia de San Nicolás. Desde allí se sigue el camino en dirección de la isla Kampa, uno de los rincones con mejores vistas de la ciudad. Por el camino vas a encontrar el famoso Muro de John Lennon, un mural pintado por jóvenes checos en homenaje al cantante después de su asesinato.
Por la falta de tiempo es difícil que puedas explorar bien el parque Kampa, pero al menos merece que eches un vistazo a las vistas antes de continuar por la orilla del río en dirección al puente de Manes.
Sorpréndete con la calle más estrecha de la ciudad
Durante el recorrido, además de otros edificios de interés, vas a encontrar una curiosidad de la ciudad: la calle más estrecha de Praga. En realidad, en su origen no fue concebida como calle, sino como cortafuegos entre las casas para evitar que los incendios devastaran el barrio como había sucedido en 1541.
La calle mide en su punto más estrecho solo 77 centímetros y tiene una longitud de 50 metros. Estas características provocaron que el acceso tuviera que ser regulado con un semáforo para que no coincidieran viandantes en ambas direcciones.
Piérdete por Josefov, el barrio judío de Praga
Si se sigue el río por la orilla de Malá Strana se llega al puente Mánes, por donde hay que cruzar para comenzar la visita el barrio judío de Praga, llamado Josefov.
Este barrio se formó en la Edad Media, tras la llegada de la comunidad judía a Praga en el siglo X. La sinagoga más antigua está datada en el 1270 y es una de las que todavía pueden visitarse. Durante varios siglos este barrio fue, en realidad, un gueto del que apenas podían salir, ya que no fue hasta el siglo XIX cuando se reconocieron los derechos a los judíos y se les permitió residir en cualquier otra zona.
Aunque puedes contratar un tour guiado por el barrio judío, en esta ocasión la premura de tiempo hace difícil poder verlo entero, por lo que habrá que conformarse con visitar solo algunas de las seis sinagogas que existen en la zona.
- Sinagoga Española: fue construida en 1868 y su nombre proviene de su decoración morisca que recuerda a la de la Alhambra de Granada. Hoy en día alberga una exposición sobre la vida de la comunidad judía.
- Sinagoga Pinkas: situada en la entrada del Cementerio Judío, esta sinagoga contienen en su interior el nombre de los 77.297 judíos de la entonces Checoslovaquia que murieron a manos de los nazis. Igualmente, vas a poder ver varios dibujos realizados por niños que estuvieron en el cercano campo de concentración de Terezin. Te aconsejo que apuntes la excursión a Terezin como uno de los imprescindibles para una próxima visita a la ciudad.
- Sinagoga Vieja-Nueva: es la más antigua de toda Europa entre las que siguen teniendo una función religiosa. Igualmente, se trata de uno de los primeros edificios en estilo gótico de Praga.
Entradas a las sinagogas
Existe una entrada única que te da derecho a visitar todas las sinagogas (con la excepción de la Vieja-Nueva, cuya entrada debe adquirirse por separado) y al Cementerio Judío.
Con la entrada te entregarán un pequeño mapa del barrio realmente útil para encontrar todos los sitios de interés.
Entra en el Antiguo Cementerio Judío
Todo lo que hay que ver en el Cementerio Judío convierte a este lugar en uno de los más interesantes de Praga. Construido en el siglo XV, durante 300 años fue el lugar de enterramiento obligado de todos los judíos de la ciudad.
El pequeño tamaño del cementerio, en el que se calcula que hay enterradas más de 100.000 personas, provocó que los cuerpos tuvieran que apilarse uno sobre otros.
Hoy en día quedan unas 12.000 lápidas, entre las que destacan la del rabino Judah Loew, creador del gólem de Praga, la del también rabino David Oppenheim y la del matemático, astrónomo e historiador David Gans.
Entrada al Cementerio Judío
Si has comprado la entrada combinada con las sinagogas no tendrás que pagar nada más para visitar el cementerio. En el caso de que no lo hayas hecho, siempre puedes comprar una individual para realizar el recorrido entre las tumbas.
Come algo en el barrio judío
Para recargar fuerzas sin perder demasiado tiempo te recomiendo comer en un curioso local situado en el barrio judío, el Naše Maso.
Como te explico en mi artículo sobre los restaurantes de Praga, este local es, en realidad, una carnicería que prepara en el momento varios platos de carne para que los puedas comer en ese mismo momento.
La carne que venden, ya sea como hamburguesas, salchichas, steak tartar y otras preparaciones, es de alta calidad. El único problema es su pequeño tamaño y la dificultad de encontrar un sitio libre.
Sube a la Torre de la Pólvora
Dejando atrás el barrio judío se entra en el Staré Mesto, el casco antiguo de la ciudad. Uno de los primeros lugares que se pueden contemplar es la Torre de la Pólvora, una de las antiguas puertas de la muralla de Praga.
Esta puerta era la entrada que utilizaban los reyes de Bohemia cuando iban a su ceremonia de coronación, por lo que está considerada como el inicio del Camino Real que acababa en el castillo.
Si se desea, se puede subir a un mirador situado a 44 metros de altura, pero si después se tiene planeado ascender a la torre de la plaza de la Ciudad Vieja no hace falta hacerlo.
Sumérgete en la belleza de la plaza de la Ciudad Vieja sin prisas
La plaza de la Ciudad Vieja es, sin duda, el espacio más impresionante de Praga, con permiso del castillo y del puente de Carlos. Se puede afirmar que todos los edificios que rodean la plaza son realmente impresionantes y vale la pena recorrer su perímetro con calma para disfrutar de ellos.
En la entrada a la plaza se encuentra la famosa iglesia de Tyn, construida en el siglo XIV sobre una pequeña capilla existente en el mismo lugar. De estilo gótico, fue un proyecto concebido por los burgueses de esta zona de Praga para competir con la catedral de San Vito, situada al otro lado del río.
Ten en cuenta que la fachada no es visible desde la plaza, aunque sí sus dos impresionantes torres. En su interior se encuentra enterrado uno de los astrónomos más famosos de la historia: Tycho Brahe.
En la misma plaza no puedes dejar de acercarte al antiguo ayuntamiento, donde se encuentra el Reloj Astronómico de la ciudad, para el que te recomiendo comprar entradas con antelación. La misma torre que alberga este reloj tiene en su parte más alta, a unos 70 metros, un mirador desde el que puedes ver toda la ciudad antigua.
Sin embargo, lo más emblemático del edificio es el mencionado Reloj Astronómico, el tercero más antiguo de toda Europa. Este mecanismo fue añadido a la torre a comienzos del siglo XV y hoy en día congrega cada hora a cientos de turistas que intentan ver “El paseo de los Apóstoles”, unas figuras que salen de su interior como si estuvieran desfilando.
Pasea por la Calle Karlova
Tras pasar el tiempo necesario para ver bien la plaza de la Ciudad Vieja conviene adentrarse en una de las calles más importantes de Praga, la calle Karlova.
Esta calle peatonal y sinuosa une los dos barrios históricos de la ciudad, el Stare Mesto y Malá Strana. Si habéis contratado algún tour por Praga es seguro que habréis pasado por ella en un paseo que, a veces, no se nada sencillo de realizar por la gran afluencia de turistas.
A pesar de las aglomeraciones, la calle Karlova bien merece un recorrido para observar sus casas góticas y renacentistas y detenerse frente a algunos escaparates.
Toda la calle está llena de tiendas y cafeterías, por lo que puede ser un buen lugar si te apetece descansar un rato tomando un café.
Durante el paseo hay algunos edificios que merecen detenerse para verlos con más calma. Así, en ella se encuentra la primera cafetería de la ciudad, llamada Serpiente de Oro, que abrió sus puertas nada menos que en 1713 y que hoy ha sido reconvertida en restaurante.
Igualmente, en el número 44 se encuentra Karlova Crystal, una impresionante tienda especializada en artículos de cristal de Bohemia. Por último, en el número 3/175, vais a poder admirar la fachada de La Casa de los Pozos de Oro, adornada con un fabuloso estuco barroco.
Cruza el Puente de Carlos
Nadie puede abandonar Praga sin cruzar al menos una vez el puente de Carlos, el más bonito entre todos los que conectan ambas orillas del río Moldava.
Entre las cosas que ver en el puente de Carlos destacan las estatuas barrocas situadas en los laterales y que compiten para atraer las miradas con todos los artistas callejeros que suelen colocarse en la zona.
Una de las ventajas de cruzar el puente más tarde es que la afluencia de gente suele ser menor, aunque en temporada alta la diferencia es mínima. Con suerte, esto te va a permitir poder detenerte sin agobios para disfrutar de las fantásticas vistas del castillo de Praga. Incluso, dependiendo de la hora, podrás ver su silueta iluminada creando una sensación mágica.
Crucero por el Moldava con cena incluida o tour de fantasmas
Para terminar este intenso día de visitas te voy a proponer varias alternativas. Todo depende de lo cansado que estés y, obviamente, de tus gustos.
- Pasear tranquilamente por las orillas del río: la primera opción es, simplemente, pasear por las orillas del río Moldava. En ellas, sin importar la orilla, vas a encontrar siempre mucho ambiente, ya que se suelen reunir una gran cantidad de gente a su alrededor. Dependiendo de la oscuridad, también puedes dar una vuelta por Střelecký ostrov, un parque situado en una de las pequeñas islas que jalonan el río.
- Crucero por el río con cena: uno de los planes más románticos para terminar la jornada es contratar un pequeño crucero por el Moldava que incluya la cena. Además de disfrutar de la comida y de las fantásticas vistas, durante el trayecto suele haber música en vivo y bailes.
- Tour de fantasmas: Praga, con su urbanismo e historia, esconde varias leyendas y sucesos realmente truculentos. Si eres amante de las emociones fuertes puedes realizar alguno de los tours que te van a llevar a la parte más oscura de la ciudad.
Cómo moverse por Praga
En realidad, para el recorrido de un solo día lo mejor va a ser ir andando, algo que no te va a suponer ningún problema. No obstante, por si quieres llegar al castillo de Praga en transporte público o tienes que utilizarlo para volver al hotel, aquí te explico las opciones:
- Tranvía: posiblemente sea el mejor método para moverse por Praga, ya que es el único medio de transporte que llega a algunos rincones del casco antiguo. Vas a encontrar tranvías en funcionamiento durante las 24 horas del día, aunque la frecuencia de las líneas nocturnas es algo menor.
- Metro: aunque también funciona muy bien, presenta la desventaja de que no llega a algunas de las zonas más visitadas de la capital checa, además de que no tiene servicio por la noche.
- Autobuses: al igual que los tranvías, los autobuses urbanos funcionan durante las 24 horas del día. Son la mejor opción si tienes que moverte a zonas bastante alejadas del centro.
Pero si lo que quieres es aprovechar al máximo tu estancia en la capital checa te recomiendo que adquieras la tarjeta turística Prague CoolPass, que incluye un recorrido en el autobús turístico, un crucero por el río, entradas a 60 atracciones turísticas e interesantes descuentos.
Cambiar dinero en Praga
A pesar de que la República Checa pertenece a la Unión Europea, el país ha decidido mantener su propia moneda, la corona. Esto implica que tendrás que cambiar algo de dinero para poder afrontar algunos pagos.
Mi primer consejo es que no cambies en el aeropuerto, ya que la tasa es peor que en las casas de cambio del centro de la ciudad y, sobre todo, del barrio judío.
Una buena opción para una estancia más corta es que pagues casi todo con tarjeta y solo cambies una pequeña cantidad para abonar el billete de transporte (las máquinas solo admiten monedas), algún pequeño gasto ocasional o, incluso, por si tienes que entrar en un baño público (en los que suele haber que pagar una pequeña cantidad).