Dublín en 2 días: aprovecha tu viaje al máximo
Si tienes 48 horas para ver Dublín te dejo este itinerario para que sepas de antemano que es lo mejor que puedes ver y hacer en dos días por la capital irlandesa.
Dublín es una ciudad muy interesante que no tiene un número excesivo de monumentos y lugares turísticos. Todos ellos además se encuentran muy concentrados por lo que ver la ciudad prácticamente en su totalidad en 48 horas no es ni mucho menos una quimera.
En un día puedes recorrer todo el centro histórico de la ciudad y tener otro segundo día para conocer algún punto interesante que se encuentra más alejado del centro de Dublín. Para optimizar tu tiempo y visitar todo de una manera eficiente te comparto este itinerario ideado para conocer lo mejor que ver y hacer en Dublín en dos días.
Día 1: Centro histórico de Dublín
En el primer día de nuestro viaje a Dublín recorreremos el centro de la ciudad donde se concentran la mayoría de monumentos interesantes. Ya que se encuentran unos muy cerca de otros es muy cómodo ir de un punto a otro a pie sin necesidad de coger el transporte público y no perder demasiado tiempo en el trayecto. Los lugares que veremos en nuestras primeras 24 horas son:
Trinity College
Resulta curioso que uno de los lugares más visitados de Dublín sea su universidad. Pero no se trata de una universidad más, sino que la Trinity College es una de las más antiguas y prestigiosas del mundo.
Situada en pleno centro de Dublín, la Trinity College se puede visitar y dar un paseo por sus históricos edificios y zonas verdes rebosantes de cultura e historia.
Dentro del complejo cabe destacar su biblioteca, conocida como la Old Library. Se trata de una de las bibliotecas públicas más hermosas del mundo, si no la que más.
Otros puntos interesantes son la torre del campanario, el salón comedor o la Douglas Hyde Gallery. La Trinity es el lugar ideal para comenzar este itinerario también por su céntrica ubicación.
La estatua de Molly Malone
Cerca de la misma Trinity College se encuentra la estatua de Molly Malone, el icono de Dublín. La estatua de bronce representa la figura de una mujer que supuestamente vivió en el siglo XVII y que ejercería dos oficios, el de pescadora y prostituta.
No se sabe a ciencia cierta si Molly Malone existió de verdad, pero gracias una canción del siglo XIX llamada Molly Malone o Cockles and Mussels se hizo famosa su figura hasta tal punto que es un himno popular de la ciudad. La tradición dicta que los visitantes que se acerquen a la estatua y le toquen los pechos de la estatua volverán a Dublín.
Grafton Street
En esta calle peatonal se encuentra la estatua de Molly Malone y es la calle principal de Dublín. Las principales tiendas y marcas tienen sus locales en Grafton Street lo que la convierten en una de las calles más caras de Europa.
Al margen de ello, es la zona más concurrida de la ciudad y está llena de establecimientos de todo tipo, buen ambiente y artistas callejeros.
Parque de Merrion Square
Huyendo del ajetreo de las calles del centro podemos visitar el parque de Merrion Square. Se encuentra en pleno centro por lo que no tenemos que desplazarnos mucho para disfrutar de una zona verde con mucho encanto.
En sus inicios era un parque exclusivo para la gente del barrio con el mismo nombre. Entre esas personas destacaban figuras como Oscar Wilde, Daniel O´Connell o George Russell que tienen sus propios monumentos en el parque.
En el mismo parque también podemos visitar un refugio antiaéreo de la segunda guerra mundial, su lago y la flora y fauna que conviven en este precioso espacio.
Castillo y ayuntamiento de Dublín
Este edificio en el centro de la ciudad no es el típico castillo con almenas que a uno se le puede venir a la mente. Se trata de un complejo que ha cumplido diversas funciones a lo largo de la historia, como un asentamiento vikingo, fortaleza militar, tribunal de justicia y un largo etc. Hoy en día hace de ayuntamiento y de un lugar para las recepciones oficiales.
El castillo de Dublín se puede visitar en menos de una hora con una visita guiada en la que conocerás las estancias que antaño ocupó la realeza, el salón del trono o la torre de la pólvora. Aunque por fuera no parezca un castillo, en parte por el gran incendio que sufrió en 1683, por dentro conserva todos los encantos de uno a la altura de grandes reyes.
Catedral de San Patricio
Dublín cuenta con dos catedrales, pero la más interesante para conocer es la que lleva el nombre del famoso santo y patrón de Irlanda, San Patricio. Esta catedral se edificó junto al pozo en el que, según cuenta la leyenda, San Patricio bautizaba a aquellos que querían convertirse al cristianismo.
Esta es la catedral más grande de Irlanda y su atractivo, aparte de la leyenda vinculada al santo, reside en su histórica tradición musical. Desde 1742 tiene un coro que ha cantado las más importantes obras religiosas y que hoy en día aún celebra misas cantadas, siendo la única de estas características de toda Irlanda y Gran Bretaña.
Barrio de Temple Bar
Después de un largo día recorriendo la historia de Dublín toca desconectar y qué mejor que hacerlo como un auténtico irlandés en uno de los míticos pubs irlandeses.
El lugar ideal para ello es el barrio de Temple Bar. Este barrio céntrico concentra una gran número de pubs que atraen a locales y turistas y convierten el ambiente nocturno en toda una fiesta multicutural que no puedes dejar de experimentar si estás por Dublín.
Si quieres conocer cuales son los mejores Pubs de Dublín en este enlace puedes descubrir los 10 más recomendables.
Día 2: Prisión de Kilmainham Gaol, Guinness Storehouse y el parque Fénix.
Después de conocer el centro de Dublín toca alejarse un poco para conocer dos de los puntos más visitados de la ciudad: la prisión de Kilmainham Gaol y la experiencia de Guinness Storehouse.
Ambos sitios son dos de las atracciones principales de la capital y, aunque se encuentran alejados del centro, están muy próximos el uno al otro. Para completar el viaje qué mejor que disfrutar del típico verde irlandés en el parque más grande de Dublín. Un espacio natural donde conviven personas y ciervos.
Prisión de Kilmainham Gaol
Suena extraño decir que uno de los lugares con más relevancia histórica de Dublín es una cárcel pero así es. La prisión de Kilmainham Gaol fue el hogar de algunas de las figuras revolucionarias más importantes de la historia de Irlanda en su lucha por la independencia.
Visitar esta prisión genera cierta impresión, ya que fue el escenario de algunas ejecuciones y episodios dolorosos.
La visita te mete de lleno en la piel de algunos de los revolucionarios más importantes, como fueron Charles Parnell, Henry Joy McCracken o Robert Emmet, en cuyas celdas se conservan placas con su nombres. Es una visita que puede generar cierta impresión pero que sin duda merece mucho la pena para conocer la historia de la ciudad de Dublín y de Irlanda.
Guinness Storehouse
Irlanda y Dublín son sinónimo de cerveza. Buena muestra de ello es la marca Guinness, una de las cerveceras más prestigiosas del mundo y cuyo origen se sitúa en la misma ciudad. En 1759 su fundador, Arthur Guinness, abrió una cervecería en Dublín que con el paso del tiempo evolucionó hasta ser una de las fábricas de cerveza más importantes del mundo.
La fábrica de Guinness se puede visitar hoy en día para conocer de primera mano cómo es el proceso de fabricación de la cerveza Guinness, la historia de la marca y, por supuesto, una cata de cerveza. La fábrica se encuentra prácticamente contigua a la Prisión de Kilmainham Gaol por lo que ambas se pueden visitar en una sola mañana.
Phoenix Park
El color verde es el que mejor representa a Irlanda sin duda. En gran parte también por el verde de sus prados y naturaleza. También de los parques de Dublín y concretamente del parque más grande de toda Europa. Al oeste de la ciudad, cerca de la Guinness Storehouse, está el Phoenix Park.
Este parque ocupa más de 700 hectáreas y tiene la peculiaridad de que también es una reserva natural donde vive una manada de ciervos. De hecho, fue creado en 1662 con el objetivo de proteger a los ciervos que viven en la zona y hoy en día puedes caminar tranquilamente por este parque mientras ves en libertad a varios de estos animales.
No es raro que algunos ciervos se te acerquen pidiendo comida y que puedas incluso acariciarlos a cambio de algunas migas de pan. Un lugar precioso donde respirar naturaleza y un escenario idílico para despedirse de Dublín tras un viaje bien aprovechado de 48 horas en la capital Irlandesa.
Consejos para visitar Dublín en 48 horas
Para aprovechar al máximo un viaje de dos días a Dublín debemos tener en cuenta una serie de puntos para optimizar al máximo el tiempo y que nada estropee tu viaje. Para ello te dejo estos consejos que pueden serte de utilidad en la capital de Irlanda
- El centro de la ciudad es pequeño y en él se condensa la mayoría de monumentos que visitaremos. Podemos verlos todos a pie, pero para ello es muy recomendable que llevemos un calzado cómodo.
- Para ir a lugares como la Guinness Storehouse o la Prisión de Kilmainham Gaol más cerca de las afueras lo mejor es coger el bus. Los autobuses 13 y 40 desde O’Connell St. o el 69 y 79 desde Aston Quayel son los mejores para que nos dejen cerca de la zona de la prisión y la fábrica de Guinness.
- Es muy aconsejable que estudies la opción de sacar el Dublín Pass, ya que con él puedes ahorrar en tus entradas y tendrás acceso a casi todos los puntos turísticos de la ciudad.